En mis
30 años de Sacerdocio
“En
tus manos divinas de Padre, hemos puesto Señor nuestro mundo”
(Canción
Litúrgica: Ofertorio de la Misa)
Intimo
gozo del transcurrir del tiempo, donde las experiencias reflejan la
plurivalencia de la vida, y donde las líneas de frontera se
desdibujan en horizontes nuevos con coloridos matices de lo que
vivíamos como fundamental paisaje. Y a pesar de toda la riqueza
eternamente nueva, quedan prendidas de nuestras íntimas convicciones
lo que es la columna firme de la vida.
Siempre
será bueno el recordar los ejemplos que nos dieron fe y estructura,
los cercanos que por mezclarse con los afectos prístinos apenas si
los podemos distinguir de nosotros mismos, y los lejanos que al
aceptarlos si hicieron parte de esto que llamamos nuestra vida...
admiración y respeto! ¡Gracias Señor por ellos!
Tiempos
felices de niñez, ambiente de cariño y lugar para travesuras,
libertad para equivocarse y contención en los subjetivos e inmensos
fracasos y decepciones; de espiritualidad para comprender que el más
allá y el más acá se llaman mutuamente y determinan. Tiempo
convulsionado de adolescencia donde la radicalidad de las ideologías
nos hizo mirar el Evangelio de Jesús como una postura ética en la
que la tibieza es signo de cobardía y sin que por ello se ausente
para nada la mística del encuentro: él mismo mostró su amor en la
Cruz.
Afectos
fuertes y apasionados, silenciosos y por momentos distantes, sin
perder en ellos la sacralidad de la alteridad; simbólicos y
sensibles, los secos y los húmedos, los blandos y los rígidos...
Gaudium
et Spes, Lumen Gentium, Perfectæ Caritatis, Medellín, Puebla, los
que los antecedieron y los que los ampliaron, particularmente los de
la Enseñanza Social de la Iglesia expresando la actualidad del
mandato misionero de Jesús que dieron forma al pensamiento y
orientación de las acciones. Los profesores y compañeros de
reflexión y ping pong de posicionamiento teórico. Rechazo e
impotencia en tiempos de prepotencia y hipocresía. Reconstrucción
silenciosa y pasión por lo coherente. Reencuentro y reconocimieto.
Los
años de transmisión de contenidos de la fe y espiritualidad en el
Centro de Estudios Teológicos (Cefyt) y en León XIII, cristalizando
en síntesis aquello que había incorporado.
La
lejanía que nos hace mirar en amplitud nuestra partida, la opción
por el regreso que afirma la validez de lo tangible y limitado.
Estabilidad
y múltiples tareas del León... tiempo de expresión y realidad.
Tiempo de Liturgia expresión del cotidiano: Hostia Consagrada junto
a la vida misma, el Sacerdocio del Pueblo resignificando el
Ministerial... siempre es eso, pero a veces se siente con mayor
intensidad! ¡Cuanto para agradecerte Señor!
La
marginalidad, desocupación, exclusión, violencia, pobreza extrema
colindante... droga, virtualismo, esteticismo, simbolismo,
esquizofrenia de la vida. Lo imaginario suplanta la realidad y
desafía la creatividad que solo podrá superarse en el ofrecimiento
de un mundo real que sea superior al imaginado. Los centros
comunitarios y los culturales, dispensarios, comedores, hogares,
programas... como intento de esa superación “derribando con su
Cuerpo el muro que las separa” (cfr. Ef 2,14). ¡Gracias Señor!
Los
que comparten los anhelos de sentirse iguales ante Dios y ante la
Ley, los que buscan un mundo mejor y el bien de todos, los que buscan
seguirte de corazón según tu Evangelio, los que agradecidos de
María, como Madre de la Merced y la buscan como Madre de todos,
¡gracias Señor!
También
las geografías, los tiempos y los métodos (de gestión y
producción) de abundancia que son desafío a la creatividad y
coherencia de la vida. La búsqueda de dar testimonio en ambiente
halagador y adverso en propuestas contrarias al sentido habitual.
Una
sana esperanza, a pesar de los desencantos y permanencia del
posmodernismo espiritual que muestra como vana la fe e impulsa a la
banalización de la espiritualidad.
Dame
Señor el seguirte siempre, no mires mis faltas, aumenta mi fe
enCuerpada!
Estancia
Yucat, 31 de julio de 2013.-