domingo, 4 de marzo de 2018

La Iglesia ha llamado al diálogo


LA IGLESIA HA LLAMADO AL DIALOGO:



Con la humildad que es imprescindible cuando hablamos de lo que debe hacer otro, no está mínimamente en mi ánimo dar cátedra, pero considero que debe “rumiarse” el texto a la luz de los Documentos que los Obispos conocen. Ciertamente que no puede ´echarse nafta al fuego´ en momentos de alta conflictividad, pero no puede amenguarse las verdades que necesariamente deben decirse. Las citas son de un Documento «ECCLESIAM SUAM», del Papa Pablo VI sobre la necesidad de la Iglesia de proclamar verdades dentro de ella misma y para con la sociedad.



a) La Iglesia también debe ser humilde cuando habla a la sociedad, aun en la conciencia de cercanía de las verdades de fe, el diálogo debe ser desde fundamentado en aquello común a todos los humanos. Pero es por eso mismo que es una necesidad hablar sus verdades en momentos de dificultad



Ecclesiam Suam:



30. Como es claro, las relaciones entre la iglesia y el mundo pueden revestir muchos y diversos aspectos entre sí. Teóricamente hablando, la Iglesia podría proponerse reducir al mínimo tales relaciones, tratando de liberarse de la sociedad profana (no religiosa); como podría también proponerse apartar los males que en ésta puedan encontrarse, anatematizándolos y promoviendo cruzadas en contra de ellos; podría, por lo contrario, acercarse tanto a la sociedad profana que tratase de alcanzar un influjo preponderante y aun ejercitar un dominio teocrático sobre ella; y así de otras muchas maneras. Pero nos parece que la relación entre la Iglesia y el mundo, sin cerrar el camino a otras formas legítimas, puede representarse mejor por un diálogo, que no siempre podrá ser uniforme, sino adaptado a la índole del interlocutor y a las circunstancias de hecho existente …



32. …. Muchas son las formas del diálogo de la salvación. Obedece a exigencias prácticas, escoge medios aptos, no se liga a vanos apriorismos, no se petrifica en expresiones inmóviles, cuando éstas ya han perdido la capacidad de hablar y mover a los hombres. Esto plantea un gran problema: el de la conexión de la misión de la Iglesia con la vida de los hombres en un determinado tiempo, en un determinado sitio, en una determinada cultura y en una determinada situación social.



a) Pero no puede callarse. Muchas veces no señalar las contradicciones puede acercarla a una falsa prudencia que puede ser interpretada como cobardía y falta de fe en el Dios de la Historia



Ecclesiam Suam:



33. ….. El arte del apostolado es arriesgado. La solicitud por acercarse a los hermanos no debe traducirse en una atenuación o en una disminución de la verdad. nuestro diálogo no puede ser una debilidad frente al deber con nuestra fe. El apostolado no puede transigir con una especie de compromiso ambiguo respecto a los principios de pensamiento y de acción que han de señalar nuestra cristiana profesión. El irenismo y el sincretismo son en el fondo formas de escepticismo respecto a la fuerza y al contenido de la palabra de Dios que queremos predicar. Sólo el que es totalmente fiel a la doctrina de Cristo puede ser eficazmente apóstol. Y sólo el que vive con plenitud la vocación cristiana puede estar inmunizado contra el contagio de los errores con los que se pone en contacto.



37. … Estas son las razones que nos obligan, como han obligado a nuestros Predecesores —y con ellos a cuantos estiman los valores religiosos— a condenar los sistemas ideológicos que niegan a Dios y oprimen a la Iglesia, sistemas identificados frecuentemente con regímenes económicos, sociales y políticos, y entre ellos especialmente el comunismo ateo. Pudiera decirse que su condena no nace de nuestra parte; es el sistema mismo y los regímenes que lo personifican los que crean contra nosotros una radical oposición de ideas y opresión de hechos. Nuestra reprobación es en realidad, un lamento de víctimas más bien que una sentencia de jueces.



c) Por ello, considero que no siempre es posible convocar a un diálogo genérico sin profundizar en la raíz de la “grieta” provocada por decisiones que no pueden ser aceptadas, como lo es la muerte de las personas (o la represión que nos acerca a ella), o el sometimiento de las personas vulnerables a condiciones de pobreza que en nuestro país son absolutamente evitables. Los ancianos, los niños, los discapacitados y todos los grupos vulnerables han de ser protegidos. Esto no es opinable según nuestra fe.

38. La hipótesis de un diálogo se hace muy difícil en tales condiciones, por no decir imposible, a pesar de que en nuestro ánimo no existe hoy todavía ninguna exclusión preconcebida hacia las personas que profesan dichos sistemas y se adhieren a esos regímenes. Para quien ama la verdad, la discusión es siempre posible. Pero obstáculos de índole moral acrecientan enormemente las dificultades, por la falta de suficiente libertad de juicio y de acción y por el abuso dialéctico de la palabra, no encaminada precisamente hacia la búsqueda y la expresión de la verdad objetiva, sino puesta al servicio de finalidades utilitarias, de antemano establecidas.

d) Ante regímenes absolutamente opresores, cuando la violencia es extrema y las palabras sólo pueden provocar más muerte, puede callarse.

Pero no es el caso, al menos todavía, de la situación de nuestro país. HOY ES NECESARIO DECIR LAS COSAS POR SU NOMBRE CON LA VALENTÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA ONU.

Bien podríamos decir entonces:

-       MACRI, TUS NEGOCIOS ESTÁN TEÑIDOS DE SANGRE, DE LA SANGRE DE LOS QUE DEBISTE CUIDAR Y LES ESTÁS ROBANDO!!!

-       NO LOS (NOS) LLEVES A LA MUERTE POR INANICIÓN Y ABANDONO!!!

Esta es la razón por la que el diálogo calla. La Iglesia del Silencio, por ejemplo, calla, hablando únicamente con su sufrimiento, al que se une una sociedad oprimida y envilecida donde los derechos del espíritu quedan atropellados por los del que dispone de su suerte. Y aunque nuestro discurso se abriera en tal estado de cosas, ¿cómo podría ofrecer un diálogo mientras se viera reducido a ser una voz que grita en el desierto(63)? El silencio, el grito, la paciencia y siempre el amor son en tal caso el testimonio que aún hoy puede dar la Iglesia y que ni siquiera la muerte puede sofocar.

IGLESIA CATÓLICA Y TODAS LAS IGLESIAS: TODAVÍA ES HORA DE HABLAR Y NO CALLAR.


 Yucat, diciembre de 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario